lunes, 4 de octubre de 2010

LA PARADOJA

Últimamente visito muchos blogs de literatura (microrrelatos, poesía...). Casi más que de Ciencia. Me fascinan porque en literatura todo vale y eso me desintoxica del rigor científico que exige mi ejercicio profesional. Se da la paradoja de que mientras la naturaleza improvisa estrategias de supervivencia ante los cambios que producimos en el entorno, nosotros los científicos no tenemos más herramientas para estudiarla que los basados en estrictos y rigurosos cálculos. Así es el método experimental: no admite improvisación. Incluso la imaginación que libremente podemos dejar volar a la hora de plantear una hipótesis está sujeta a la necesitad de encajar la pieza en un rompecabezas cuyo molde está perfectamente definido. Sólo la flexibilidad de la estadística nos da un leve margen de error. Paradójicamente, la naturaleza juega al realismo mágico mientras nosotros la espiamos con nuestros ojos racionalistas.
Jaques Monod, en "El azar y la necesidad", hablando de cómo la mutación del material genético permite los cambios fenotípicos que permiten la selección, adaptación y evolución de las especies, decía: "Puesto que las mutaciones son accidentales, es decir, se producen al azar, (...), sólo el azar está en el origen de toda novedad, de toda creación en la biosfera. El puro azar, sólo el azar, libertad absoluta pero ciega, en la raíz misma del prodigioso edificio de la evolución."
No sería muy sesudo por parte de los científicos contemporáneos hacer experimentos "al azar". ¿O sí? En realidad, parte de la Biología en la era post-genómica que estamos viviendo se basa en agotar el azar. Tirar el dado mil veces a ver si está cargado o no. Por ejemplo, en lugar de basarnos en predicciones estructurales para buscar los aminoácidos esenciales de una proteína (una enzima, por ejemplo), podemos agotar el sistema mutándolos todos de uno en uno y viendo cómo cada mutación puntual afecta a la función y a la estructura de la proteína. Esto se llama alanina-scanning, porque lo habitual es mutarlos a este aminoácido, que es bastante neutro. Y está poniéndose de moda. O bien, otro ejemplo: ahora que tenemos resueltos y anotados los genomas de los organismos modelo, podemos mutar uno a uno cada gen y ver cómo se comporta el pobre bicho sin cada uno de los genes (el clásico asociar el fenotipo al genotipo, en este caso, un "knock out" génico, peor a lo bestia). De hecho, hay un International Mouse Knock-out Consortium que está en ello... Pretende generar tantas líneas germinales de ratones mutantes como genes existen en le genoma del roedor. Mutarlos todos de uno en uno y ver qué le pasa a cada mutante (si pasa de la fase embrionaria, si vive, si está enfermo...). Deben ser unos 20.000. No hay margen para el azar si todas la posibilidades están cubiertas.
Muchos investigadores, sobre todo los más especializados en cuestiones concretas, piensan poco menos que lo que hacen estos investigadores es trampa. Pero las bases de datos se van llenando de información generada en estos proyectos de gran envergadura que resulta útil para todos. Siempre queda un hueco para la intuición, la corazonada, claro... Si no la ciencia sería un aburrimiento... Puestos a disfrutar de la literatura, siempre es más ameno leer un buen relato que un tomo de la enciclopedia. Aunque el segundo tenga más rigor.

2 comentarios:

Dr. Litos dijo...

Cómo mola, un nuevo científico-blog por descubrir! Y yo sin enterarme!

Jules Gaultier dijo "En el punto donde termina la ciencia, empieza la imaginación", corroborando lo que se comenta en esta entrada. Pero por muchos datos de que dispongamos, hasta que uno no se pone a darle vueltas al coco o a imaginar lo imposible, no se encuentra la dirección adecuada. Azar y ciencia van de la mano, sólo que mientras unas veces se ayudan uno a otro a avanzar, otras se dan de pisotones.

Lo del alaning-scanning "de moda" va por quien tú y yo sabemos, no? ;)

Me pasaré a menudo por aquí, me encantan estas reflexiones. Un saludote!

VictorJCid dijo...

Tú sí que molas, jindetrés